¿Conoce usted el poder de la alabanza?
Daniel 4:5-6 (RV 8-9)
"...hasta que entró delante de mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, y en quien mora el espíritu de los dioses santos. Conté delante de él el sueño, diciendo:"
"Beltsasar, jefe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses santos, y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de mi sueño que he visto, y su interpretación"
Si usted comparó con el original arameo, habrá notado que la traducción al español de la versión Reina Valera es excelente. Luego de haber fracasado todos los demás sabios de Babilonia, Daniel es llamado a interpretar el sueño del rey.
¿Por qué no llamó Nabucodonosor a Daniel primero? Para este tiempo ya él había promovido al profeta a jefe de todos los sabios, había recibido interpretación del sueño de la estatua y había hallado a Daniel y sus amigos "diez veces mejores" que todos los sabios de Babilonia. ¿Qué motivo tendría para tratar de recibir ayuda de cualquier otro sabio, y no de Daniel?
En los capítulos precedentes hemos visto que Nabucodonosor reconoció al Dios de Israel como "Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios" (Daniel 2:47) e hizo un decreto que prohibía blasfemar a este Dios poderoso, por cuanto "no hay Dios que pueda librar como éste" (Daniel 3:29; 4:1-3) La ayuda que dio Dios al rey a través de Daniel fue el resultado del conocimiento que Nabucodonosor tenía de Jehová, por lo cual llamó al profeta. Pero la actitud del rey hacia Daniel, y sus palabras, muestran que aún reconociendo el poderío y señorío de Jehová, Nabucodonosor siguió siendo pagano.
¿Cuáles palabras? Observe la explicación que el rey halla a la sabiduría superior de Daniel, "en ti mora el espíritu de los dioses santos". Esto nos muestra que el rey creía que había muchos dioses, y que unos eran más santos que otros, o que unos eran santos y otros no. Por otra parte, conociendo el nombre hebreo de Daniel, le sigue llamando "Beltsasar", "como el nombre de su dios".
¿Quién era "el dios de Nabucodonosor" cuyo nombre le fue aplicado a Daniel?
"Beltsasar" significa "protegido por Bel". Obsérvese que el rey sigue llamando "su dios" a Bel. "Bel" proviene del acadio y significa "señor". Era la principal deidad de Babilonia, correspondiendo con el hebreo "Baal" que designaba al "señor" de los fenicios. Baal es una deidad cananea que aparece a menudo en la Biblia, y cuya adoración causó gran daño a Israel, al punto de ser el motivo principal de que Dios entregara al reino del norte y luego al del sur en manos de asirios y babilonios, respectivamente (ver NOTA al final)
Respecto a Bel, principal deidad babilónica, podemos ver el juicio de Dios sobre éste y sobre Babilonia en el libro del profeta Jeremías. Aunque Jeremías profetizó que Judá sería invadida por Babilonia, y llevado cautivo el pueblo por 70 años, y aconsejó rendirse ante Nabucodonosor, también profetizó al final de su libro (cap. 50, 51) la caída y el castigo de Babilonia a manos de los persas (la "nación del norte" de Jer 50:3) En ambos capítulos se profetiza la caída de Bel, principal deidad babilónica, junto con el imperio (Jer 50:2; 51:44)
Ahora bien, lo más probable es que la mayoría, si no todos los sabios que vinieron ante el rey, adoraran a Bel. Nabucodonosor llamó al profeta que adoraba al Dios de Israel cuando los otros "sabios" no le sirvieron.
¿Confía usted en Dios, o acude a Él cuando no le queda ningún otro recurso?
Dios es bueno. Creer en Él, obedecerle y sacrificarle alabanza son caminos de bendición. El trato del Señor con el rey Nabucodonosor, idólatra y pagano, demuestra que Dios obra incluso a favor de los impíos. En Daniel 4 vemos al rey en dos condiciones miserables: la primera, esta del principio, en que se encuentra aterrorizado y turbado por el misterioso sueño que no entendía; más adelante lo encontramos sufriendo una especie de locura y embrutecimiento, viviendo como un animal. De las dos situaciones lo sacó Dios, porque en ambos casos lo buscó, dándole alabanza y reconociendo su poder.
Quizá haya alguien muy religioso leyendo este texto que se escandalice, "¿cómo va a decir usted que Dios bendice a los impíos?" Déjeme decirle, no estoy proclamando que Dios bendice la vida en impiedad. Simplemente subrayando una verdad bíblica: incluso los impíos y paganos, cuando se vuelven a Dios, reciben bendición de Él. Observe lo que escribe el apóstol Pablo en Romanos 2:14 :
"Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos"
Aún sin conocer lo que Dios estipula en la Biblia, todo ser humano tiene una conciencia y un raciocinio para determinar qué es bueno y qué es malo. Y hacer aquello que es bueno, santo y ordenado por Dios, aún sin saber en qué lugar de la Biblia está estipulado, es bendecido por Dios. Reconocer la santidad en Daniel, por causa de las revelaciones que el Espíritu Santo le había dado, y haber expresado alabanza hacia su Dios, le abrió a Nabucodonosor las puertas para recibir ayuda del Señor en su angustia ocasionada por el sueño. Aún en medio de su locura y embrutecimiento, reconocer la superioridad del Dios de Israel sobre todo el universo, le trajo la restauración. Usted no leerá en ningún sitio que Nabucodonosor se convirtió en judío o en cristiano, y menos aún que leyó las Escrituras para saber más de Dios. Pero Dios le bendijo y le restauró, cuando él confesó que Dios estaba sobre todo y sobre todos.
Reconocer y alabar a Dios trae bendición. El desfile solemne de los hebreos honrando el arca del pacto, donde moraba la presencia de Dios, trajo como consecuencia la caída de los muros de Jericó y la victoria para Israel. La proclamación de su confianza en Jehová de los ejércitos, y en su poder, dio la victoria al joven David, que derribó a un guerrero gigantesco, experimentado y armado hasta los dientes, con una pedrada. Las alabanzas al Señor con que recibió el rey Josafat a sus enemigos, le trajeron la victoria, sin disparar una flecha. Alabar a Dios, inmovilizados en la prisión de seguridad, trajo liberación para Pablo y Silas.
Hay poder en la alabanza, y en la confesión del poder de Dios. Él intercede por los que creen en Él, proclaman esta fe y lo alaban. Los ejemplos del párrafo anterior tratan acerca de creyentes, pero incluso el pagano rey de Babilonia experimentó esta verdad cuando reconoció y alabó al Dios de Israel. Vea el llamado del Salmo 100 a la alabanza:
"Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo.
Reconoced que Jehová es Dios;
Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre.
Porque Jehová es bueno;
para siempre es su misericordia,
Y su verdad por todas las generaciones"
¿No tiene la alegría para cantarle a Dios?
¿No encuentra gozo en servir a Dios?
¿No ha reconocido a Dios?
¿No tiene agradecimiento para con Dios en su corazón?
¿No alaba ni bendice el nombre del Señor?
Yo tampoco lo hacía antes. Créame que para todo hay un comienzo, y que nunca es tarde para comenzar. Dios sabe que la alabanza, la alegría, el agradecimiento y la fe no son cosas naturales para los seres caídos que somos, apartados de Su presencia y del conocimiento de Su bondad y misericordia. Y también sabe que no hay en nosotros mismos el deseo, ni siquiera la disposición de alabarle, agradecerle y gozarnos en Su presencia.
Pero hay una forma de convertirnos en gozosos hijos de Dios. Todo lo que hay que hacer es recibir a Cristo como Señor y Salvador. Él vino para traer vida, y vida en abundancia. Él vino para que fuésemos copartícipes de las bendiciones que fluyen del trono de Dios, del poder de Dios obrando a favor nuestro. Para ver este poder hay que alabar a Dios y reconocerlo. Porque Él sabe que esto no es natural para nosotros, Él envió Su Espíritu para guiarnos. Nuestros pecados pueden haber creado un muro de separación entre nosotros y Dios, pero el Espíritu de Dios viene a derribarlo y llevarnos a la Presencia de nuestro Creador.
El pecado nos ata para que no seamos capaces de bendecir al Señor. Pero Cristo vino a romper toda atadura. Todo lo que necesita hacer para lograr esta liberación es doblar sus rodillas, confesar sus pecados al Señor, pedirle su perdón y pedirle que tome el control de su vida, que sea su Señor y su Salvador. La sangre derramada en la cruz del Calvario tiene poder sobre todo pecado. ¡Sea libre, en el nombre de Jesucristo!
Que el Señor le bendiga. En el amor de Cristo, su hermano
Israel Leonard
PS. ¡Cristo viene pronto!
NOTA:
Los hebreos adoraron a Baal en ciertos períodos (vea 2 Reyes 21:3 y Jueces 2:13; 3:7; 6:25, 32 - Jerobaal, nombre dado a Gedeón, significa "contienda Baal con él" y le fue dado por derribar el altar de Baal) La adoración de Baal les provocó ser invadidos por otras naciones, por apartarse de la protección de Jehová su Dios y de Sus mandamientos, y llegó al colmo de la maldad bajo el reinado de Acab, probablemente el más malvado de todos los reyes del reino del norte (que fueron todos rebeldes contra Jehová)
Acab tomó por esposa a Jezabel, fenicia y adoradora de Baal, construyó un templo de Baal en Samaria y adoró a este ídolo de los fenicios. La Palabra lo califica como el que "hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él" (1 Reyes 16:29-32) En el libro 2do de los Reyes, cap. 17 podemos leer de la caída del reino del norte frente a Asiria, y el motivo es la idolatría, especialmente la adoración de Baal (2 R 17:16)
También el reino de Judá, que tuvo varios reyes fieles al Dios de Israel, cayó en idolatría adorando a Baal, bajo el reinado de Manasés hijo de Ezequías (ver 2 Reyes 21:1-3) El profeta Jeremías en el capítulo 11 de su libro declara que esto sería causa de la caída de Judá y Jerusalén, como lo había sido para el reino del norte. Dios le impide orar por los idólatras, que habían escogido otros dioses. En la deportación a Babilonia y el cautiverio, clamarían a Jehová nuevamente y serían restaurados después de 70 años.
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