Daniel 4:28-29 (RV 31-32)

¿Qué cree usted acerca de los juicios de Dios? Observe el juicio que vino sobre el rey Nabucodonosor:

Daniel 4:28-29 (RV 31-32)

"Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: "

"A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere"






Si comparó la traducción de Reina Valera con el original arameo, habrá constatado una excelente versión al español en estos versos. Y puede notar que ahora no se trata de lenguaje alegórico; el "árbol" es Nabucodonosor mismo, y se le profetiza que el castigo ha llegado para él. Si continúa leyendo verá que el rey pasó por siete años de locura, durante los cuales creía ser un animal.

¿Es este juicio un ejemplo de algo que puede ocurrirnos a nosotros mismos? ¿O es sólo Nabucodonosor quien ha sido disciplinado por Dios a través de la historia humana?

Observe que mezclamos "juicio" y "disciplina", porque en este caso, la sentencia sobre el rey no era eterna, sino un castigo temporal hasta que reconociera el dominio de Dios sobre toda la humanidad, y que la posición que él tenía se la debía al Omnipotente. Hay otros juicios que no son para disciplinar, sino para condenar. El que es sentenciado a prisión por un período determinado puede acogerse a alguna forma de rehabilitación, destinada a convertirlo de nuevo en un ciudadano normal cuando salga de la prisión. Pero el que recibe una sentencia de muerte o cadena perpetua, ha perdido este privilegio; será ejecutado o será un prisionero por el resto de su vida.

¿Son los juicios de Dios disciplinarios, o son para condenación?

Observe los siguientes versos:

"Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra"

2 Crónicas 7:13-14

La sequía, las plagas de langostas o las epidemias, no son casualidades. Estos versos muestran claramente que Dios permite estos castigos sobre su pueblo por causa de los pecados. También, que su fin es la conversión de los pecadores. En tiempos de calamidad suelen levantarse falsos profetas anunciando "el fin del mundo", pero es muy importante saber que muchos desastres son algo pasajero, y que Dios nos sacará adelante cuando oremos, busquemos su rostro y nos convirtamos de nuestros malos caminos.

Entonces, ¿son los juicios de Dios siempre disciplinarios?

Observe los siguientes versos:

"Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra"

Génesis 19:24-25

El juicio que vino sobre Sodoma y Gomorra no era para arrepentimiento, como tampoco lo fue el diluvio ni lo será la sentencia sobre la "bestia" y el falso profeta en el libro de Apocalipsis. Si usted ha sido indoctrinado para creer que Dios, por cuanto es bueno, no castigará a la humanidad, déjeme decirle que está en un error total. Hay juicios para llevar al arrepentimiento, y otros cuyo único fin es la ejecución de la justicia divina sobre los pecadores.

Pero... estos juicios condenatorios, sin lugar para arrepentimiento ni "rehabilitación", ¿a quiénes alcanzan? ¿Será a los pecadores "muy malos"? ¿A los no convertidos? ¿A los blasfemos? ¿A todos nosotros por igual?

¿Qué aplicación tiene para nosotros hoy el conocimiento de los juicios condenatorios y la sentencia de muerte que vino sobre la tierra en tiempos de Noé, o en los de Sodoma y Gomorra?

En el Santo Evangelio según San Lucas leemos:

"Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación"

"Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos"

"Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos"

"Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste"

Lucas 17:24-30

En las palabras de Jesucristo Nuestro Señor, el Hijo de Dios encarnado, leemos que "en el día que el Hijo del Hombre se manifieste" - en su segunda venida - ocurrirá con la humanidad como ocurrió con los habitantes de Sodoma y Gomorra, o con la humanidad de tiempos del diluvio. En aquellas dos ocasiones, Dios separó a los justos y derramó la muerte sobre el resto, los que desecharon la advertencia del juicio venidero. No crea ni por un segundo que porque Dios es un Padre Bueno ha dejado de ser un Juez Justo (¿se ha preguntado cómo un padre puede ser "bueno" sin juzgar justamente?)

Entonces... ¿hay que ser muy bueno, para no estar entre los pecadores que serán condenados a muerte?

Bueno, nada hay de malo en "ser bueno". Las buenas acciones serán según la Palabra recompensadas en la eternidad. Observe lo que dice el Señor:

"El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa"

Mateo 10:40-42

Pero no se deje engañar con respecto a todas estas recompensas. No hay una sola buena acción en toda la Biblia que abra las puertas del cielo y conceda salvación. A pesar de todas nuestras buenas obras, nuestros pecados siguen pesando más y son suficientes para llevarnos al infierno. Romanos 3:23 dice, "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios". "Todos" quiere decir "todos". Los criminales sentenciados a muerte y los evangelistas; los reyes o los indigentes; los enfermos terminales o los que tienen salud de deportista olímpico... TODOS hemos pecado, y TODOS estamos destituidos de la gloria de Dios. Un solo pecado es suficiente para arrastrarnos al infierno. Pero este juicio terrible de muerte y tormento eterno fue llevado por alguien en lugar nuestro. En Isaías 53:5 dice:

"Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados"

El "castigo de nuestra paz" es "el castigo que nos garantiza la paz", esto es, el pago por nuestras transgresiones. En la cruz, Cristo Jesús llevó todos los pecados que ocultan la imagen de Dios en nosotros, y que muestran la obra del maligno en nuestra vida. En la cruz, Cristo Jesús llevó la sentencia de muerte que nos correspondía a nosotros por causa de nuestros pecados, y nos dio la oportunidad de ser declarados "justos" ante Dios. El juicio de la cruz es el que Él, el Hijo de Dios que nunca pecó, sufrió para que nuestros pecados fueran perdonados y borrados.

Hay otro juicio del cual habla la Palabra de Dios, en el cual se otorgará la recompensa por las buenas obras. Lea 2da de Corintios 5:10:

"Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo"

Este juicio, llamado "bema" por la palabra griega para "tribunal", es "sólo para creyentes". No importa cuántas buenas obras usted haya hecho; sin Cristo no tiene billete de entrada para ir a recibir el premio allí. La justa retribución de su justicia es otorgada en un lugar al cual se llega después de "ser absuelto" en el juicio de la cruz.

¿Y los que no han recibido a Cristo, qué pasará con ellos?

Observe Hechos 17:29-31:

"Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres"

"Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos"

El apóstol Pablo se dirigía a los atenienses, en los tiempos de la Grecia antigua, pagana e idólatra, enseñando ante todo que Dios no es un ídolo - de los tantos que se adoraban allí. Muy probablemente usaría muchas otras comparaciones en estos tiempos que vivimos, para confrontar ateos y religiosos, universalistas y legalistas, y toda clase de ciegos que guían a otros ciegos. Pero el verso en el que proclama la suficiencia del juicio de la cruz, es en el que dice que Dios "ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia" a través de Jesucristo, el "varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos".

¿Qué "día" es este?

Apocalipsis 20:11-15 dice:

"Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos"

"Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda"

"Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego"

Este juicio, llamado a menudo "el juicio final", es en el que los pecadores son enviados al infierno. Allí no hay nadie que se salve; los que estaban "escritos en el libro de la vida" han resucitado anteriormente y tienen vida eterna con Dios y con Cristo; los muertos que resucitan allí son los de la "resurrección de muerte" de que la cual dieron testimonio Daniel el profeta y Nuestro Señor Jesucristo. En este día, Dios "juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos"

Si alguien le dijera a usted que las tsunamis que han azotado a Japón y partes de Indonesia, Malasia, Sri Lanka, India y Tailandia, en 2011 y 2004 respectivamente, son mentira, ciertamente usted comprendería que esa persona está mintiendo. Las noticias nos muestran terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, epidemias y guerras a través del mundo, cosas que a nadie se le ocurriría calificar de "mentira" o "mito".

Sin embargo, la "tsunami" que ahogó a todos excepto a Noé y familia, y la "erupción volcánica" que mató a todos excepto Lot y familia, son tratados como "mitos" por muchos ciegos que quieren guiar a otros ciegos. Cristo habló de aquellos terribles juicios de Dios, y profetizó otros semejantes que ocurrirán antes de Su regreso.

No se deje engañar con respecto a los juicios que vienen sobre esta tierra pecadora. Dios ha sido muy claro a este respecto, y no debemos escuchar a quienes tergiversan la Palabra para hacernos creer que el pecado no tiene consecuencias. El pecado tiene ciertamente consecuencias terribles, no sólo por los efectos perniciosos que causa entre los seres humanos aquí y ahora, sino porque nos enviará a un infierno eterno.

Pero... ¡hay buenas noticias para todos nosotros! El juicio que nos pone en el lugar de muerte ha sido llevado por Cristo Jesús! No tenemos que estar en pie frente al gran trono blanco para ser enviados al infierno; a través de la sangre derramada en la cruz del Calvario somos declarados justos y salvados de la muerte.

Si aún no ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador, déjeme decirle que aún está a tiempo. El día del juicio vendrá, así como el día de la gran tribulación, como no la ha habido desde que hubo humanidad. Los pecadores serán atormentados, no por siete años como el rey de Babilonia, sino por la eternidad. Hay un modo de salir victorioso en todas estas horas de prueba que vendrán, y es a través de Jesucristo.

¡Reciba a Cristo hoy, y será salvo por la eternidad!

Que el Señor le bendiga. En el amor de Cristo, su hermano

Israel Leonard

PS. ¡Cristo viene pronto!


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